Desde afuera se pueden ver las cruces y cúpulas cómo en cualquier panteón, pero al entrar pareciera que te encuentras en alguna de las privadas residenciales más exclusivas de la ciudad, y quizá si lo sea, pero en esta privada para pertenecer, debes morir.
Es el panteón Jardines del Humaya, uno de los más famosos y exclusivos de la ciudad, el cual incluso cuenta con acceso restringido, conocido por ser el último lugar de descanso de famosos narcotraficantes y empresarios de la ciudad.
A diferencia de otros panteones, aquí rebosan las flores, la música de banda, la cerveza y el vino caro.
Las tumbas son un monumento a la vida de quienes aquí han sido enterrados y un espacio lleno de comodidades para quienes les permanecen en vida, con mausoleos de dos o tres pisos, internet, baño, aire acondicionado, habitaciones adjuntas, vidrios blindados e incluso zonas para bailar caballos.
Entre sus pasillos se pueden encontrar verdaderas obras arquitectónicas, replicas del Taj Mahal o el Partenón griego, elaboradas con mármol, cantera y acabados finos que superan los miles de dólares, comparables con las pirámides fúnebres de los egipcios.
Se dice que la construcción más costosa del lugar es la que resguarda los restos de Arturo Guzmán Loera, Hermano de El Chapo Guzmán, con un valor de un millón 200 mil dólares.
Otro de los famosos residentes de este sitio es Amado Carrillo Fuentes, conocido como el Señor de Los Cielos, cuya última morada cuenta con una capilla con capacidad para 50 personas, en la que se realizan servicios religiosos.
Se dice que quienes visitan este sitio queda asombrados no solo por la grandeza de sus construcciones, sino porque es común ver sobre las tumbas y mausoleos toda clase de objetos preciosos, como rosarios de oro, botellas de bebidas caras, decoraciones chapadas de oro, entre otras, por ello, el lugar se ha restringido solo para los familiares de los difuntos, con acceso controlado y circuito de videovigilancia, para proteger los lujos y pertenencias de los que aquí descansan.